LA AMISTAD
Por: Dolto Francoise*
La amistad es
absolutamente esencial, sobre
todo durante un
período en cual se cambian
las relaciones
que se
mantienen con la familia.
Uno se busca un DOBLE
para sentirse más fuerte, un
confidente para
compartir las
dificultades,
un ALMA HERMANA
para suavizarlas
en la fraternidad, un
ALTER EGO que nos sostiene, y nos
ayuda
a avanzar.
También se busca un espejo viviente para
confortarse, porque uno no esta seguro de sí.
A veces se busca también
encontrar un
sentimiento de fusión, como con los
padres
cuando uno era pequeño y creíamos todavía
que
esa relación de amor con
ellos era indestructible.
La imagen que el grupo, (o la barra), se hace de nosotros parece vital por momentos. Uno
busca identificarse, ser parecido a los
otros. Por
miedo a ser rechazado, uno se identifica con sus amigos. Es difícil
porque, de hecho, para que un grupo funcione y sea viviente,
sería más bien necesario que sus integrantes fueran
complementarios.
Se temen las DIFERENCIAS como si amenazaran al grupo, cuando en realidad lo
construyen.
Hay
un equilibrio que cada
uno debe encontrar entre
ser bastante “como el
grupo” para formar parte completamente de él, y conservar su
singularidad, su
personalidad y seguir siendo uno mismo.
La verdadera
amistad, la que puede durar, comienza cuando uno puede decirle al otro “TU NO ERES COMO YO, tienes razón al ser tal
como eres, y te quiero mucho por ser
distinto a mí”.
Uno está lleno de COMPANEROS.
Los VERDADEROS AMIGOS son mucho más raros.
Algunos dicen que, en una vida, se cuentan los
verdaderos amigos con los dedos de una mano.
Cuando uno no logra anudar
lazos
de amistad, hay que plantearse preguntas
y quizá hablar
con los adultos en quienes se tiene
confianza.
Ser compañero está bien cuando se comparten
las mismas actividades. Pero detrás de una amistad
hay
un verdadero reencuentro, algo que hace que uno no sea el mismo que antes de ese reencuentro. Los adultos que no tienen amigos, sino sólo
camaradas de trabajo o compañeros, no
tienen a nadie
el día en
que dejan
de trabajar.
Es
triste tener padres
que nunca traen amigos a casa, esto significa una falta de
apertura hacia la vida y
es difícil, hasta imposible para esos
padres comprender hasta
qué
punto la amistad es
un valor importante a lo largo de toda la vida. Por otro lado, cuando se tienen padres que abarcan
una enorme
cantidad de
compañeros pero que no tienen
verdaderos amigos, la
cosa parece más viva aunque a la larga
resulta lo mismo que en el
primer caso.
La verdadera amistad da fuerzas para aventurarse, para pensar
más
abiertamente, para comprometerse.
Quizá por eso
todos los adolescentes dicen que la amistad es
la cuestión más importante de sus vidas. Y todo
esto es posible porque, en la amistad, uno se
siente FORTIFICADO por
la seguridad y la
confianza en
nosotros, que nos aporta la
CONFIANZA de otro a quien
respetamos y a quien le podemos decir todo, hasta aquello de lo que no estamos
orgullosos, sabiendo que será acogido con tolerancia.
La confianza es
un valor esencial en la historia de la humanidad,
porque es
un apoyo que el otro nos da
y sobre el cual se funda un sentimiento de seguridad. A partir
de
esto, todas las grandes elevaciones son
posibles. La herida que se experimenta cuando uno es TRAICIONADO en su confianza se
hace muy dolorosa.
Lo que
resulta complicado es que toda
nuestra sociedad y,
por
lo tanto, toda nuestra educación—
está basada en la confianza. Todo nuestro sistema económico
reposa en ella. Los
actos están garantizados a
priori por la idea de que todo el
mundo es
honesto: cheques,
tarjetas de crédito,
reservas de distinto tipo, etc.
A pesar de ello, la vida cotidiana nos muestra
lo contrario cada día, y son los adultos,
aquellos que tienen la responsabilidad de educarnos, los primeros
en traicionar nuestra confianza
cuando no mantienen
sus promesas. Y esto sin que uno pueda siquiera
mencionarlo, lo que hace
que
el asunto sea más perturbador. Uno se da cuenta de que hay una diferencia entre lo que la gente dice, lo que escribe y lo que hace. No se dice lo
que
se piensa, no se hace lo que se dice.
Cuando “BAJO MI
PALABRA” o “PALABRA
DE HONOR” no vale nada, todo el mundo parece encontrarlo normal.
Ustedes avanzan en la
vida con confianza, y de repente tropieza con
una
trampa legalizada, en una sociedad que
hace justicia pero cuyas instituciones, muy a menudo, se desvían
de
las leyes. Todo el mundo lo sabe, nadie habla de eso abiertamente y las
cosas continúan así.
Se parece a la ley de la selva, y sin embargo no se puede vivir entre humanos sin confianza.
Sólo la confianza permite los
encuentros que ayudan a vivir.
Y
son ustedes, los adolescentes, quienes representan al futuro... Por
eso
es tan importante
tener
verdaderos amigos con los cuales se COMPARTEN los
ideales de honestidad.
La FIDELIDAD es el otro pilar sobre el que
reposa la amistad. Sobre el sentimiento de la
fidelidad
del otro basamos
nuestra
confianza, aunque solamente en
los momentos difíciles
es
cuando podemos medir hasta qué punto.
Mientras todo ande bien, la fidelidad es fácil. Aunque
ser
fiel no
es
ser
ciego y aceptar todo del otro sin
ESPÍRITU CRÍTICO. Si
uno siente que debe ser infiel con
uno
mismo para no traicionar a un amigo, es dramático.
A veces uno es llevado a hacer algo que el otro considera como una traición. Es duro, pero si hablamos de ello, si explicamos en
qué
la fidelidad hacia
uno mismo se ve amenazado, la amistad puede enriquecerse
en lugar de destruirse.
Ser
traicionado por un amigo es un
verdadero sufrimiento.
Pero con frecuencia, no ha existido
traición en absoluto. Solamente un
error de nuestra parte: hemos tomado a un compañero por un amigo. Esto
hace mucho mal, aunque ¿hay otro camino para comprender poco a
poco lo que es la
verdadera amistad?.
Cuando uno ha sido
decepcionado por una
amistad, siente la tentación de instalarse en la amargura y no creer más en nada.
En lugar de arriesgarse de
nuevo,
que
es la única
manera
de permanecer en
la vida.
Cuando dos compañeros están enamorados
de
la misma chica,
o dos compañeras del
mismo muchacho…¡qué
historias! Pero cuando son
amigos el asunto puede resultar
desgarrador, verdaderamente dramático,
sobre todo si, por desdicha
para ellos, a su amor común le gusta jugar con la situación.
Las
PENAS DE AMISTAD,
existen; son tan
dolorosas como las penas de amor.
A veces se confunde la fidelidad con el miedo a la novedad.
La
fidelidad es puesta entonces al servicio de una repetición
estéril, y no al servicio de la vida que es el movimiento mismo, ese movimiento que puede llevarnos
a encontrar gente que toma
mucha
más
importancia
en nuestra vida.
Es FUERA DE LA FAMILIA
donde se buscan relaciones fuertes, y es muy importante que uno mismo elija a
sus
amigos. Muy a menudo, nos cuesta juntarnos amistosamente con
aquellos que nuestros padres nos presentan,
únicamente porque
llegan por intermedio de ellos. A veces, no obstante, son
ellos quienes se convertirán en
nuestros mejores amigos. Aunque raramente
de inmediato;
hacen
falta años para
darse cuenta y aceptarlo.
Los adultos temen los “GOLPES DE
LOCURA” de parte
de
los adolescentes, cuando se comprometen
en vínculos de amor o de amistad, sobre todo cuando están “fuera de
las normas”.
Pero si uno es
verdaderamente fiel a sí mismo y a los valores que ha
recibido, esos golpes de locura se revelan a
veces, a lo largo del tiempo, como “GOLPES DE
PRUDENCIA” que han permitido los cambios de rumbo. Estos CAMBIOS DE RUMBO causaron miedo a los padres porque eran
bruscos, pero pueden
ser positivos.
Es verdad que éste no es siempre el caso, y
es lógico que
asuste a quienes
nos
rodean. Algunos encuentros se revelan a
veces muy peligrosos y es difícil saberlo en el momento en que se producen.
Hay pues un RIESGO y la única cosa a
la que uno puede referirse en
esos momentos es a los
VALORES.
La amistad provoca a
menudo celos y
maledicencia,
tanto más cuanto los adultos tienen
con frecuencia
tendencias a imaginar
si hay en ella sexualidad o no. Si uno tiene un
amigo del mismo sexo, teme a
veces que los otros
los
crean homosexuales.
La trampa está en los CELOS DE AMISTAD, que nos llevan a aprisionar al otro para que se quede a
nuestro lado.
Como si forzando al
otro a estar aquí con su
cuerpo, cuando él desea estar en otra parte,
pudiera forzarlo a entrar en relación con nosotros.
En este caso,
es otra vez la nostalgia de una
relación como la que teníamos siendo pequeños,
en el deseo de
amor
eterno con nuestros padres.
Este deseo de
posesión, que reclama una total dependencia del otro, no es amistad si
no
enfeudación.
Hasta podría decirse
que la exclusividad es el
enemigo de la amistad y de la
alegría de vivir.
En la amistad, como en el amor, amar verdaderamente a alguien es
dejarlo libre,
permitirle el
derecho de ser diferente de uno
mismo. Si
tenemos miedo de perderlo, hay
que
aprender a superar
ese miedo. No
siempre es fácil. Sin embargo ¿hay otra
solución?.
Celine, 16 años
Es una palabra prestada. Son
dos palabras dadas.
Es un corazón
al
desnudo simplemente.
Es un grito
no retenido
magníficamente.
Es un verano.
Es un espejo.
No es nada y es todo.
Estos lazos, cosa de locos.
Es la obra
más grande de
complicidad.
Es sin maniobra alguna porque no es calculado.
Es una deslumbrante seguridad.
Es bella y sólida como el árbol en el campo.
Es cálida y viviente como
los llamados del
viento.
Es larga como la ruta al sol.
Es calma
como un
niño
que se adormece.
Es bella
mucho
más allá
de las palabras.
Es sin fin.
Es la
amistad.
Catherine, 16 años
Para mí,
la amistad es esto: estar disponible. Compañeros tengo muchos, están para
bromear,
Para
distenderse,
pero sé
que no
puedo
contar con ellos.
Anne, 17 años
Creo que en la vida hay muy pocos amigos. Yo tengo muy pocos.
Pero mantenemos relaciones
sólidas y
durables. Están siempre listos para escuchar,
para consolarme. Una sólo puede confiarse a los amigos,
son los confidentes indispensables
de la vida.
Lydia, 14 años
Si no
tuviera a mi mejor amiga
no podría
vivir;
nos
decimos
todo, todo
lo que
nos
pasa, todo lo que tenemos
en la cabeza (y afuera); los muchachos,
las otras chicas, el colegio…El
problema es que cambio muy a
menudo de mejor amiga.