ESPECIALIZACIÓN INFORMÁTICA EDUCATIVA

viernes, 22 de abril de 2011

CUENTOS CONTEMPORANEO, 9, 10

CARACTERÍSTICAS DEL CUENTO CONTEMPORANEO

Propósito: la preocupación por la literatura de intención social, pero abandona el tono propagandístico, sin tesis explícitas, sino focalizadas en los personajes y diseminadas en la anécdota y la atmósfera del cuento.
Temas:
a) Un registro de la realidad fronteriza desde una relación vivencial y ya no tan sólo como expresión política o sociológica. Se rechaza un imaginario de identidad fronteriza colectiva.
b) Se expone el trazo de una situación psicológica límite dentro de una propuesta existencialista. Las expectativas fluctúan entre la frustración y la carencia de deseo y la aspiración a formas alternativas de sobrevivir o de trascender.
c) Presencia de los discursos de contracultura como lenguaje e ideología generacional: el culto del rock, del cine norteamericano, de la producción cultural popular y masiva mexicanas.
d) Hay una clara conciencia de solidaría ante la lucha de derechos de la mujer.
e) Humberto Félix Berumen reconoce: "el doloroso testimonio de la violencia urbana" como rasgo definitivo.
Tono: Frecuentemente acuden al sentido de parodia postmoderna, al pastiche, a un sentido lúdico del humorismo, en ocasiones un humor ácido y brutal. Se transgrede la realidad y la verosimilitud con fantasías apocalípticas o premonitorias. Se refleja lo real a través de espejos deformantes, de antiutópico
Atmósferas: son generalmente de espacios opresivos, decadentes; o en lo psíquico recrean estados anímicos o mentales complejos, anómalos
Personajes: surgidos de las zonas urbanas marginales, de mundos periféricos. En su elaboración se buscan los trazos memorables, sorpresivos, impredecibles, contradictorios, fluidos. Hay más interés por crear caracterizaciones psicológicas, en lugar de circunscribir a los protagonistas, a actantes o parte de una escenografía pintoresca, como ocurría con las generaciones anteriores.
Recursos narratológicos: Según Humberto Félix Berumen, buscan que haya: "en la trama: la presentación de conflictos que no conducen necesariamente a una solución o a un efecto final. Evitan lo tremebundo y finales efectistas. Se cuidan la coherencia y la verosimilitud de la trama. Se insiste en cuestiones tales como técnica literaria, atmósferas, sintaxis narrativa, punto de vista... Y si bien la redondez de la anécdota sigue siendo la preocupación central, es también el vehículo que permite la exploración formal y estilística."
Lenguaje: es una estrategia que busca la integración de los códigos lingüísticos del habla popular, de la jerga de barriada, de la experiencia dialectal fronteriza, del lenguaje cinematográfico. Establece un diálogo de homenaje y cuestionamiento con las formas de expresión de la literatura de La Onda y de la narrativa capitalina testimonial.

Las características del cuento moderno y contemporáneo son difíciles de precisar, no sólo por cuanto tiende a incorporar diferentes elementos procedentes de otros géneros ( poesía, novela, ensayo, dramática) y temas provenientes de diferentes fuentes ( históricas, sociales, religiosas, tecno-científicas, psicologicas, experiencias personales, situaciones cómicas o melodramáticas), sino porque además rompe con la tradicional estructura narrativa y utiliza diferentes narradores para dar una visión multifacética de un mismo hecho.

El cuento contemporáneo oscila entre un realismo cuidadoso hasta las manifestaciones mas oscuras y recónditas de la conducta humana. Retorna los hechos históricos-sociales o se eleva al mundo de lo sobrenatural, lo fantástico, lo mítico o lo simbólico.

jueves, 7 de abril de 2011

REPORTAJE

Por José María Baldoví *
García Márquez recuerda que supo que sería escritor cuando regresó a Aracataca a vender la casa de sus abuelos


Un periodista va a Aracataca luego de la publicación de la autobiogafía de Gabo y la realidad toma forma de ficción. Fragmentos de un nuevo libro de crónicas que muestra otra visión del país.
Lunes 28 Abril 2003
El contraste es brutal. Mientras la realidad adopta la forma de una casa modesta y pequeña de tablas y techo de zinc, con un patio infértil, dos alcobas, un tinajero y el famoso telégrafo del padre en el suelo, la ficción tan descomunal como el trópico vio alfombras voladoras a cambio de nubes cargadas de lluvia. (?) Muchos años después, Gabriel García Márquez, quien vivió en Aracataca hasta los 10 años de edad, recuperó su pasado, como él mismo lo ha consignado, no a partir de lo que vivió sino de los recuerdos recogidos en Vivir para contarla, primer tomo de las memorias del premio Nobel de Literatura y que coincide con el vigésimo aniversario de la entrega del galardón.
Todo empezó en Aracataca, donde el calor diluye todo. Visto de cerca, pocos creerían que hace medio siglo este villorrio fue un prometedor emporio con proyección caribeña, horno de razas y culturas. (?).

Sin embargo, el tiempo parece haberse detenido en los alrededores del centro. El mercado de pescado al que acudía la abuela Tranquilina Iguarán Cotes se mantiene idéntico, lo mismo, un par de edificios con infulas art deco, la famosa confluencia de cuatro esquinas con el billar de siempre y el recuerdo de las tiendas de ropa de la colonia palestina, no se ha modificado ni un rasguño. (?).

Los centenarios almendros de la plaza se mantienen intactos y nada impide pensar que de un momento a otro vayan a cruzar, como ráfagas de visiones surrealistas, cientos, miles, millones de mariposas amarillas. Y aunque no asoman por ninguna parte, todavía la gente tiende la ropa en los patios de las casas con el secreto deseo de ver si alguna sábana se eleva hasta el cielo como Remedios la Bella, pero tampoco. No es para estar defraudados si es que no nos han sorprendido los milagros de Gabito, interviene Edgar Pérez, coordinador de la Casa Cultural del Municipio. "Lo que pasa es que el realismo mágico es patrimonio de nuestros mayores" y como dice el Nobel: "Macondo es un estado del alma y no un lugar geográfico".

Y qué más da, aduce Nicolás Arias, primo hermano de Gabriel García Márquez, al frente del mostrador de su tienda de abarrotes, si todo lo que cuenta tuvo su semilla en Aracataca.

Y no le falta razón. Aracataca vivió el furor de las bananeras, uno de los episodios más recordados y controvertidos de Cien años de soledad. "Aquí tengo copia de la carta que el embajador de Estados Unidos en Colombia le mandó al secretario de Estado en Washington y dice que los muertos de la masacre por el levantamiento de los trabajadores con la United Fruit Company fueron mil", sostiene Ulises Pérez, antiguo líder campesino y sindical. García Márquez consignó tres mil en Cien años de soledad con el objeto de producir dramatismo literario. En medio de sus lagunas, el labriego hace memoria y señala, como si las viera, las baterías y metralletas del Ejército apostadas sobre las entradas del pueblo. "No niego que la United hubiera dado beneficios y traído riqueza, pero los trabajadores tenían derecho a prestaciones, salud y seguridad social".

Al crecer Aracataca, la carrilera del tren divorció a dos mundos perfectamente antagónicos. Por un lado, el barrio El Prado -hoy medio abandonado y ocupado por familias sin recursos- con casas de madera, piscinas y canchas de tenis para el personal norteamericano. Del otro, el pueblo en el cual Gabriel leyó La Biblia, Las mil y una noches y oyó las interminables y fantásticas historias de su abuela, como aquella que empieza por "no te muevas de aquí porque si te mueves va a venir la tía Petra o el muerto de la casa de al lado". (?)

Cae la tarde sobre Aracataca y al fondo, el tren saluda cargado del carbón guajiro y evoca la época de la fiebre bananera, cuando por los años 40, el municipio era una especie de Nueva Orleans, con carnavales, burdeles a la turca, a la griega o a la francesa y quema de billetes de uno y dos pesos. El primo enseña la dedicatoria del autor de El general en su laberinto y alega que prefiere callar su parentesco con 'el Gabo' para evitar conflictos. "No falta quien maltrate a García Márquez. Entonces al insolente le digo, y a usted, profesor o fulanito, ¿quién lo conoce?". (?).

Para no matar el encanto, García Márquez alegó que cuando el 20 de febrero de 1950, a los 23 años, acompañó a su madre a Aracataca para vender la casa de los abuelos, comprendió que iba a ser escritor y que nada podría impedirlo. "Ese día comprobé que mis primeros cuentos nada tenían que ver con mi realidad y mi vida cambió por completo".

* Corresponsal en Bogotá del diario El País de Cali