ESPECIALIZACIÓN INFORMÁTICA EDUCATIVA

domingo, 23 de septiembre de 2012

LITERATURA PRECOLOMBINA. GRADO 8



MITO KUIBA

Los Kuibas se ubican en extremo oriental del departamento de Casanare, Colombia, y en el Parque El Toparro en el Vichada. Son un reducido grupo étnico colombiano, de no más de 2.500 personas. Este mito sobre el origen de los seres humanos fue recogido del libro Colombia: Mitos y leyendas del autor Luis María Sánchez. La historia cuenta lo siguiente.

Hace muchos año solo vivían animales en la tierra; una tarde se sintió un ensordecedor ruido de truenos y se vió que un rayo salió veloz hacia el cielo y lo partió; de la herida brotó sangre que fue absorbida por el hilo luminoso del rayo y secada por su calor; una vez seca se convirtió en costra y al otro día cayó en pedazos sobre la selva.
Cada pedazo de costra era un pedazo de sangre del cielo que se había coagulado y al caer sobre la selva se rompió y su convirtió en un hombre; como fueron muchos los pedazos de costra que cayeron, muchos fueron los hombres que aparecieron.

En un principio no supieron qué hacer, salvo mirarse extrañados ya que nunca se habían visto, pero poco a poco se fueron relacionando, y al llegar la tarde convinieron permanecer juntos en una cueva muy grande que había cerca; y al amanecer salieron y contemplaron admirados el sol que todo lo iluminaba; caminaron por entre el follaje, sintieron cansancio y tuvieron hambre; se sentaron y así mitigaron lo primero; lo segundo, el hambre, aumentaba y no sabían qué comer.
Recostados en los troncos de los árboles vieron llegar otra tarde; de pronto uno miró las ramas y observó como una gran cantidad de pájaros comían sus frutos; se incorporó y lanzó un gritó; sus compañeros, sorprendidos, lo miraron y al mostrarle lo que hacían las aves, subieron al árbol y empezaron a coger y a comer también. ¡Qué felicidad!, el hambre empezaba a desaparecer; estaban comiendo mangos.
Días después ya distinguían lo que servía para comer y resolvieron nombrar su primer jefe: fue Boupe. Lo primero que este hizo fue repartir las tierras y cuidar que los demás las respetaran; después les enseñó cosas: fabricar arcos y flechas para cazar animales, colocar las carnes de los animales sobre el fuego y comerlas después, cultivar las tierras, bañarse en las aguas, vivir en comunidad, etc; Daimú, diosa del sueño, con sus dedos invisibles les bajó los párpados la segunda noche de la estada en la tierra y les enseñó dormir para descansar.

MITO DE BACHUE

Narración que inspira el montaje "Nacida de las aguas Bachué"

En una cumbre allá en el páramo se hace una hondonada que termina en la laguna de Iguaque, donde luego que amaneció y apareció la luz y fueron creadas todas las cosas, salió por entre la niebla helada y el viento sonoro del páramo una admirable mujer...

Su nombre era Bachúe, y también se le conoció como Furachogue que significa mujer buena. Esta sacó consigo de entre las aguas un niño de tres años, y llevándolo de la mano bajó con él al llano.

Bachué edificó una casa donde vivieron hasta que el niño tuvo edad para casarse con ella; y fue tan fecunda, que daba a luz hasta cuatro o seis hijos a la vez. Pronto se llenó de gente la tierra de los Chibchas, porque andaba la pareja por todas partes...

Habiendo llegado una edad muy avanzada, los esposos se volvieron con gran séquito a Iguaque. Bachué se dirigió a la muchedumbre exhortando a todos a la paz, a la concordia, a la guarda de las leyes y preceptos que les había dado, y al culto de los dioses.

Concluido esto, se despidieron ella y su marido con singulares demostraciones de pena, de parte de ellos y de sus oyentes; luego desaparecieron en la laguna convertidos en dos muy grandes serpientes.

Iraca y Ramiriquí
Según una leyenda indígena en el principio y en medio de la oscuridad, no existían sino los caciques de Sogamoso y su sobrino el cacique de Ramiriquí, quienes comenzaron a formar a los hombres de tierra amarilla y a las mujeres de hierbas y de tallos huecos y verdes. Después de esta faena el Sogamoso ordenó a su compañero que fuese a las alturas para que, convertido en sol, iluminase el mundo, pero observando que esa luz no bastaba para alumbrar la noche, se convirtió él mismo en el disco de la luna. Esta versión de Iraca y Ramiriquí como origen de los hombres corresponde al ciclo de la divinidad lunar. A partir de este mito los indios de Iraca o Sogamoso, celebraban en el mes de diciembre grandes festividades como conmemoración ritual. En las tradiciones indígenas recogidas por los cronistas de la época colonial es de notarse que ya en ellas aparecen mezcladas las nuevas ideas religiosas que les enseñaban los doctrineros.

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