ACTIVIDAD
1. ¿De qué podría tratar un texto
titulado así?
2. Lee los dos primeros párrafos y contesta:
a. ¿Qué nos dice el personaje
hasta el momento?
b. ¿Qué impresión o sensación les producen las expresiones?
c. ¿Qué cree que sucederá a
continuación?
3. Continúe leyendo y conteste:
a. Busque un sinónimo para cada
una de las palabras subrayadas
b. ¿Qué expresó luego el personaje?
c. ¿Qué idea nos quiere
transmitir el autor? (intención)
d. Escriba su opinión acerca de la idea que transmite el
autor.
MONÓLOGO DE HAMLET
¡Ser o no ser, he aquí el
problema! ¿Qué es más elevado para el espíritu: sufrir los golpes y dardos de
la insultante Fortuna, o tomar las armas contra un piélago de
calamidades y, haciéndoles frente, acabar con ellas?
¡Morir! Dormir… no más ¡Y pensar
que con un sueño damos fin al pesar del corazón y a los mil naturales
conflictos que constituyen la herencia de la carne! ¡He aquí un término devotamente
apetecible! ¡Morir… dormir! ¡Dormir… tal vez soñar!
¡Sí, ahí está el obstáculo!
¡Porque es forzoso que nos detenga el considerar qué sueños pueden sobrevenir
en aquel sueño de la muerte, cuando nos hayamos librado del torbellino
de la vida! ¡He aquí la reflexión que da existencia tan larga al infortunio!
Porque… ¿Quién aguantaría los
ultrajes y desdenes del mundo, la injuria del opresor, la afrenta
del soberbio, las congojas del amor desairado, las
tardanzas de la justicia, las insolencias del poder y las vejaciones
que el paciente mérito recibe del hombre indigno; cuando uno mismo podría
procurar su reposo con un simple estilete? ¿Quién querría llevar tan
duras cargas, gemir y sudar bajo el peso de una vida afanosa, si no fuera por
el temor de un algo, después de la muerte, esa región cuyos confines no vuelve
a traspasar viajero alguno, temor que confunde nuestra voluntad y nos impulsa a
soportar aquellos males que nos afligen, antes que lanzarnos a otros que
desconocemos?
Así la conciencia hace de todos
nosotros unos cobardes; y así los primitivos matices de la resolución desmayan
bajo los pálidos toques del pensamiento, y las empresas de mayores alientos e
importancia, por esa consideración, tuercen su curso y dejan de tener nombre de
acción…
Pero ¡silencio!… ¡La hermosa
Ofelia! Ninfa, en tus plegarias acuérdate de mis pecados.
(Hamlet, William Shakespeare)
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